Los lectores que estén familiarizados con nuestro blog ya son conscientes de en qué consiste una adicción, así como esta puede, en la gran mayoría de ocasiones, estar relacionada con un trauma infantil no tratado. Asimismo, también vimos en un artículo anterior las fases de la adicción, que son las mismas independientemente de cuál sea el objeto de estas.
No cabe duda que el desarrollo de la tecnología ha supuesto mejoras muy significativas en todos los ámbitos de nuestra vida: personal, académico y laboral.
Consultar información en un click, poder teletrabajar, realizar gestiones administrativas e incluso las compras para el hogar desde un dispositivo electrónico ,implican sensibles mejoras en nuestra calidad de vida. Sin embargo, no todo son «luces» en este camino digital.
En el ámbito del artículo anterior y de este mismo en los que estamos abordamos la adicción a la pornografía , diremos que los expertos en este tema hablan de cinco «aes» que definen los peligros del consumo de porno digital.
¿Cuáles son estas cinco» aes»?
- Es Accesible. Cualquier persona, sin límite de edad puede llegar a ella.
- Es Asequible. No cuesta dinero, puesto que los contenidos en su mayoría son gratuitos.
- Es Anónima. Nadie sabe que la estás usando, aunque es posible que a medio y largo plazo seas descubierto por alguien de tu entorno.
- Es Aceptada. Muchas personas consideran que no hay nada objetable en ver pornografía, parece una distracción inocua.
- Es Agresiva. Los contenidos son cada vez más violentos y presentan una imagen de las relaciones sexuales que dista mucho de la realidad de lo que , especialmente las mujeres, desean para sus relaciones de pareja.
Pasaremos ahora a analizar las «sombras» de esta práctica , con algunos datos escalofriantes.
Contenido
ToggleEl lado oscuro de las pantallas: estadísticas de la adicción al porno
Por su parte, una adicción relativamente reciente, y es la pertinente a este artículo, es la creciente
adicción al porno. No es de extrañar que cada vez haya un mayor número de adictos a la pornografía, pues la gran explosión de internet y la mayor disponibilidad de la pornografía, han facilitado y acelerado el contacto temprano de los adolescentes con este tipo de contenidos.
Algunos datos de interés que justifican el porqué de la preocupación respecto a esta adicción en
concreto son los siguientes:
- La edad de inicio de consumo de pornografía se encuentra entre los 9 y 11 años.
- El 86,9% de los hombres han mirado pornografía en los últimos 5 años
- El 54,8% de las mujeres han mirado pornografía en los últimos 5 años
- El consumo de pornografía empieza a estabilizarse y hacerse frecuente en varones hacia los 13 años y en las mujeres a los 15 años.
- 1 de cada 10 consumidores tiene menos de 10 años.
- El 62,5% de los adolescentes entre 13 y 17 años ha visto pornografía alguna vez en su vida.
- El 53,8% de los adolescentes ha visto pornografía por primera vez entre los 6 y 12 años.
- El 70,3% de los chicos y el 73,5% de las chicas opina que el contenido en la pornografía es violento en ocasiones.
- Prevalencia de “adicción a la pornografía” de un 5-6% de la población general, o entre 3-7% en función de la fuente bibliográfica.
- El aumento de la prevalencia ha hecho que profesionales de la salud mental deban atender este problema.
- Existe un aumento de las enfermedades de transmisión sexual entre 2016-2022.
- El 20% de la pornografía online es pornografía infantil.
- El 30% de los adolescentes utilizan la sexualidad y pornografía como una vía de escape, como una estrategia de afrontamiento y entre el 12-18% de los adolescentes presentan un Uso Problemático de pornografía (UPP).
De la normalidad a la adicción
Además, aunque el uso de la pornografía esté extremadamente extendido y normalizado en nuestra situación actual, la adicción a esta es tan grave como lo puede ser la adicción a una droga como la cocaína, pues tiene consecuencias muy negativas para el adicto.
Por ejemplo, cada vez es más común grabaciones en vídeo a otras personas, ejercer violencia sobre
la mujer, o pasar al acto -pago por sexo, por ejemplo- como un modo de experimentar lo que se ha
visto en esas imágenes o vídeos. Además, el aumento de enfermedades de transmisión sexual en
España no ha dejado de crecer en los últimos años.
El uso de pornografía en solitario se ha relacionado con consecuencias negativas, como el aumento del estrés, menor satisfacción en sus relaciones sexuales y mayor frustración con sus necesidades psicológicas básicas.
Ciertos datos de interés recogidos en un estudio de Save The Children (2020) fueron los siguientes: el 36,8% de adolescentes no distingue entre la ficción de la pornografía y la sexualidad real, el 52,1% de quienes ven pornografía frecuentemente confirma que le ha influido bastante en sus relaciones sexuales (refiriendo que sus relaciones sexuales son menos frecuentes de lo que le gustaría) y un 16,6% ha dejado de realizar actividades por ver pornografía.
Efectos de la pornografía en nuestra salud mental
Por su parte, los estudios muestran que la pornografía puede alterar el funcionamiento del córtex prefrontal, y provocar déficits en la capacidad para tomar decisiones adecuadas, problemas de inhibición, dificultades de autocontrol y por tanto, facilitar la compulsividad sexual. Por lo tanto, con el tiempo, el cerebro del consumidor de pornografía puede confundir y asemejar los sentimientos de ansiedad, frustración o miedo con la excitación sexual. Asimismo, hay estudios que muestran que la infidelidad en las relaciones afectivas está asociada con el consumo de pornografía.
Además, Braithwaite et al. (2015) encontraron que el aumento del consumo de pornografía estaba relacionado con guiones sexuales más permisivos que predecían el comportamiento sexual de riesgo. Según estos autores, gran parte de la pornografía convencional refuerza ciertas representaciones de comportamientos sexuales apropiados, o guiones, como que los hombres son los agresores sexuales mientras que las mujeres son las receptoras.
En definitiva, dependiendo de la gravedad de la adicción al porno, esta podría llegar a afectar en el ámbito laboral y económico (hay casos de hombres que han gastado la mayor parte de su sueldo en servicios como OnlyFans), mas de lo que no hay duda es que afecta enormemente a la percepción de la sexualidad del adicto, con las consecuencias que conlleva eso tanto en el plano sexual como el sentimental.
No obstante, no hay que perder de vista la idea que vimos en el artículo de los traumas infantiles: cualquier trauma puede ser tratado. Y es que, las causas de la adicción a las drogas no se encuentran en ellas mismas, sino, como se ha dicho, en el deseo de cambiar de un estado de ánimo que es perturbador y causante de un desagradable malestar, y por ello, la plena recuperación implica, en esencia, cambiar el estilo de vida adictivo.
Así, la recuperación se centra en llegar a conocer el bienestar interior que conlleva la autoaceptación. Significa aprender a enfrentarse a los problemas con confianza, sabiendo que se posee la capacidad necesaria para encararlos de manera responsable, hábil y creativa. Implica encontrar una gratificación más real en la vida: una sensación de significado de pertenencia y alegría. En definitiva, la recuperación implica un cambio de vida, comenzando por cambiar las creencias adictivas descritas antes en este artículo.
Para finalizar, esperamos que este artículo le haya resultado de interés, y en caso de que usted mismo o alguien que conozca esté pasando por esto, les recomendamos el curso de Afrontamiento a la Adicción a la Pornografía que vamos a publicar. La adicciones son difíciles de superar, pero con apoyo y ayuda se puede lograr, y en Crescendo Psicólogos puedes contar con nuestros profesionales.
Fuentes bibliográficas:
- Kleponis, Peter C. (2018) Pornografía. Comprender y afrontar el problema.Voz de Papel. Madrid.
- Villena, A. (2023) ¿ Por qué no? Cómo prevenir y ayudar en la adicción a la pornografía. Alienta Editorial. Barcelona.