Los estilos de relación entre padres e hijos

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La familia es el primer factor de socialización que posee el niño y también el primer responsable de su educación. En la actualidad, el papel de la familia trasciende las funciones socializadoras para convertirse en el primer núcleo educativo, donde el niño aprenderá reglas de convivencia, adquirirá hábitos, normas y valores. En definitiva, desarrollará todas sus dimensiones: biológica, psicológica, cognitiva, afectiva, social y moral, llevándole a su autorrealización.

El entorno familiar es básico en el desarrollo del niño y la niña, no solo porque garantiza su supervivencia física, sino también porque es dentro de ella donde se realizan los aprendizajes imprescindibles para el desenvolvimiento autónomo dentro de la sociedad.

Los factores que influyen en las prácticas educativas que los padres ponen en marcha con sus hijos se pueden dividir en tres grupos:

  1. Factores relacionados con el niño (sexo, edad, posición que ocupa, etc.).
  2. Factores relacionados con los padres (sexo, experiencia previa con hijos, etc.).
  3. Factores relacionados con la situación en la que se lleva a cabo la interacción (nivel socio-cultural, nivel económico, etc.).

Todos estos factores influirán negativa o positivamente en los estilos de comportamiento de los padres y por tanto en el desarrollo social y de la personalidad del niño. Los estilos educativos se definen en base a cuatro dimensiones:

  1. Grado de control. Al ejercer mucho control sobre los hijos, intentan influir sobre su comportamiento, para inculcar determinados estándares.
  2. Comunicación padres-hijos. Los altamente comunicativos, usan el razonamiento para obtener la conformidad del niño.
  3. Exigencias de madurez. Los que exigen altos niveles de madurez al niño, presionan y animan para que desarrollen al máximo sus posibilidades, e inciden en que sean autónomos.
  4. Afecto en la relación. Los padres afectuosos son aquellos que expresan interés y afecto explícitos por el niño y por todo lo que implica su bienestar físico y emocional.

Combinando estas cuatro dimensiones básicas podremos diferenciar tres estilos parentales:

  • Padres autoritarios. Manifiestan altos niveles de control y exigencias de madurez, con baja comunicación y afecto explícitos. Los hijos de padres autoritarios se caracterizan por manifestar pocas expresiones de afecto en las interacciones con sus iguales, no saben llevar la iniciativa, son poco espontáneos, poco alegres, fácilmente irritables y vulnerables a las tensiones.
  • Padres permisivos. Bajo control y bajas exigencias de madurez, pero comunicativos y afectivos. Actitud positiva hacia el comportamiento del niño, con aceptación de sus conductas y deseos, usan poco castigo. No les exigen responsabilidades ni orden. Utilizan el razonamiento, con rechazo de poder y control sobre el niño. En consecuencia, los niños tienden a tener problemas para controlar impulsos, dificultad para asumir responsabilidades, son inmaduros y con baja autoestima.
  • Padres democráticos. Con altos niveles de comunicación y afecto, como de control y exigencias. Afectuosos, reforzando el comportamiento del niño, intentando evitar el castigo. Son dados a controlar y dirigir al niño, pero siendo conscientes de sus sentimientos, puntos de vista y capacidades evolutivas; a menudo, les explican las razones que los llevan a tomar una medida determinada. Los niños suelen tener niveles altos de autocontrol y autoestima, son más interactivos, independientes, cariñosos, capaces de afrontar nuevas situaciones con confianza e iniciativa.

¿Con qué estilo parental te sientes más identificado?

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