Si has visitado nuestro blog, habrás podido leer varios artículos sobre la pornografía y sus graves consecuencias para la salud mental de las personas que consumen este material, así como para sus relaciones de pareja, familiares, profesionales y sociales.

Hoy nos vamos a centrar en cómo afecta el consumo de pornografía a los adolescentes.

El impacto de la pornografía en los adolescentes.

La adolescencia es una etapa compleja y vital en la vida de una persona, una oportunidad para que el adolescente crezca y se desarrolle de forma sana, para fortalecer la autoestima, modelar las conductas, gestionando los cambios hormonales y abrirse al desarrollo de la sexualidad.

La adolescencia, según la OMS, es un periodo crítico de desarrollo hacia la adultez en el cual los jóvenes experimentan y forman bases en temas de salud y educación sexual. La salud sexual, de acuerdo con la OMS, incluye el bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad, exigiendo un enfoque positivo, respeto y libertad lejos de la coerción o violencia. Este concepto aboga por el derecho a una vida sexual satisfactoria y segura, incluyendo opciones y decisiones sexuales responsables.

El consumo de pornografía entre adolescentes españoles.

La salud sexual y reproductiva es particularmente significativa para las mujeres, cuyo bienestar puede ser influenciado por decisiones en torno a la sexualidad y la procreación. Relacionado con esto, la exposición y consumo de pornografía mainstream muestra que se ha convertido en parte de la experiencia de muchos adolescentes, especialmente en un contexto donde el acceso a Internet es casi universal. En España, datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2009 reflejan un consumo notable de contenido pornográfico, especialmente entre los hombres.

La literatura sugiere que el consumo de pornografía está asociado con prácticas sexuales de riesgo, una menor satisfacción sexual y la adopción de conductas observadas en dichos contenidos, como el sexo sin protección y la desvirtuación de la imagen de la mujer. Estudios indican que el consumo habitual de pornografía puede llevar a problemas de adicción, así como efectos adversos en la salud mental y en la vida social y laboral. Además, se observa que los adolescentes recurren a la pornografía como principal fuente de educación sexual, más que a padres, educadores o medios tradicionales.

La sexualidad adquiere protagonismo en esta etapa, para convertirse en una de las dimensiones más importantes a lo largo de la vida.

Actualmente nos encontramos a nivel mundial con un enorme desafío que dificulta el desarrollo de una adecuada educación afectivo-sexual. Hemos de ser conscientes de que la pornografía no es una forma inocua de conocer la sexualidad de manera explícita, sino que va más allá: es una manera negativa de entender a las personas y sus relaciones íntimas, potenciando una mirada superficial, cosificante, utilitaria y alejada de la realidad de las personas.

Diferencias entre sexualidad saludable y pornografía.

Es un reflejo de una sociedad HIPERSEXUALIZADA, donde lo queremos TODO y lo queremos YA.

Los expertos en la materia definen pornografía como “todo material sexualmente explícito que tiene el fin de evocar la excitación en las personas que lo consumen” (McKee et al 2020).

La pornografía online actual es muy diferente a la que se ofrecía en la década de los años 90, a través de revistas con desnudos parciales o con los primeros DVD. Actualmente, la difusión online hace que hablemos de una distribución masiva, de alto alcance y con impacto en edades tempranas.

Esta nueva pornografía representa relaciones sexuales de forma exagerada y sesgada, donde las mujeres suelen aparecer agredidas, humilladas o violentadas, todo ello alimentado por una industria billonaria que mueve billones de dólares al año.

Veremos a continuación una tabla comparativa en la que podemos constatar las diferencias significativas entre sexualidad y pornografía.

Las investigaciones demuestran que el primer contacto con la pornografía en España tiene lugar entre los 9-11 años. ¡Un dato escalofriante! Nuestro país se encuentra en el puesto número 12 del ranking mundial.

Formas en las que los adolescentes acceden a la pornografía.

Pero ¿cuáles son las formas en que los adolescentes entran en contacto, normalmente accidental con el contenido pornográfico:

1. A través de redes sociales.
2. En páginas generales o al navegar por internet.
3. A través de ventanas emergentes o pop -ups.
4. Al descartar archivos de internet inocentes.
5. Jugando a juegos en el teléfono móvil.
6. A través de chats en video -consolas.
7. En Smartphones y Smart TV.

Una vez que el chico o la chica adolescente ha entrado en contacto, generalmente de forma accidental, como hemos mencionado, ¿qué le puede motivar para seguir consumiendo:

1. Aburrimiento. Cuando hay aburrimiento, dificultades para gestionar el tiempo libre o falta de interés por una afición, se puede fomentar el interés por consumir.
2. Placer, curiosidad e información. El despertar de la sexualidad les va a motivar para buscar una vía fácil de información.
3. Gestión de las emociones (distracción o evitación).
4. Gestión del estrés. Pueden encontrar fácilmente una forma de alivio y de descarga del estrés.
5. Falta de conexión a nivel afectivo en la vida real. En adolescentes con dificultades para socializar, la pornografía puede ser una forma de acercamiento virtual a otro ser humano.
6. Aceptación de sus iguales. En esta época de la vida en la que la aprobación por parte del grupo de iguales es fundamental, se puede hacer para no desentonar de lo que hace habitualmente el grupo de amigos.

Según un estudio realizado por Román García, O., Bacigalupe, A., & Vaamonde García, C. (2022), evidencia que el consumo de pornografía es frecuente entre adolescentes, iniciándose en algunos casos a edades tempranas. La mayoría de los estudios revisados señalan que esta exposición puede impactar negativamente la salud sexual y reproductiva tanto a corto como a largo plazo, asociándose con prácticas sexuales de riesgo, como el sexo sin protección y el aumento en el número de parejas sexuales.

Esta exposición podría llevar a los adolescentes a normalizar la hipermasculinidad y el sometimiento femenino, e incluso, a desarrollar creencias sexistas. Asimismo, la pornografía puede influir en su salud mental, estando asociada con síntomas de depresión y afectividad negativa, especialmente entre usuarios frecuentes.

Los estudios también apuntan a la necesidad de políticas públicas que aborden estos problemas mediante programas de educación sexual integral, enfatizando el respeto y la igualdad de género. En conclusión, los autores instan a que los gobiernos implementen políticas que contrarresten los efectos negativos de la pornografía y promuevan una educación sexual más equilibrada y respetuosa.

Creemos que es un tema suficientemente importante sobre el que padres y educadores hemos de reflexionar.

En unos días publicaremos la segunda parte de este artículo, en el que analizaremos las consecuencias del consumo de pornografía en adolescentes, señales que nos pueden alertar a los adultos de que esta situación se está produciendo y estrategias para abordarla.

Referencias bibliográficas:

Villena-Moya, A. (2023) ¿POR qué NO? ¿Cómo prevenir y ayudar en la adicción a la pornografía?.

Gutiérrez, J (2022). La trampa del sexo digital. Guía definitiva para prevenir y superar la adicción a la pornografía.

Roman Garcia, O., Bacigalupe, A., & Vaamonde Garcia, C. (2022). Relación de la pornografía mainstream con la salud sexual y reproductiva de los/las adolescentes. Una revisión de alcance. Revista Española de Salud Pública, 95, e202108102.