Cómo hablar con adolescentes sobre el consumo de pornografía: guía para padres

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En este último artículo de una serie en la que hemos estado tratando la problemática del consumo de pornografía entre adolescentes, os vamos a dejar con unas pautas para abordar una hipotética conversación con nuestro hijo o hija, teniendo en cuenta que el contenido de la conversación ha de estar adecuado a la edad del chico o la chica y que puede ser una conversación difícil.

Antes de hablar: prepara el terreno.

Reflexiona antes de iniciar la conversación.

Piensa primero lo que vas a decir, antes de iniciar la conversación, tratando de ponerte en su lugar. Reflexiona sobre cómo te gustaría que hablaran contigo sobre este asunto.

Respeta la dignidad del adolescente.

No pierdas de vista la dignidad de la persona. El problema no es el adolescente, es la pornografía; por lo que te orientamos a controlar reacciones automáticas de sorpresa, asco o enfado.

Elige el momento y el espacio adecuados.

Busca un ambiente tranquilo y cómodo para tener esta conversación. El entorno influye mucho en cómo se desarrolla el diálogo.

Durante la conversación: claves para un diálogo efectivo.

Escucha activamente.

Escucha. Antes de responder, es necesario escuchar y preguntar para lograr encontrar el origen de la situación . Indaga acerca de dónde ha sacado esa información, si ha sido casual, animado por un colega, etc.

Juzga la situación, no a la persona.

Evita un tono recriminatorio, ya que en este caso, el adolescente puede sentirse etiquetado, cuando seguramente se encuentra en una situación en la que se siente inseguro y a disgusto.

Lo más normal es que se haya adueñado de él o de ella un sentimiento de culpa o vergüenza por el consumo de este material. Hay que hacerle caer en la cuenta de que lo negativo no está en su persona, y que es posible salir de ese mal hábito.

Evita los castigos.

No es conveniente recurrir a castigos, puesto que estos aumentarán las sensaciones negativas y contribuirán a empeorar la situación.

Una buena conversación con nuestro hijo o hija tiene un valor inestimable. Se debe elegir con cuidado el espacio y el ambiente en el que tendrá lugar.

Preguntas que pueden ayudarle a reflexionar.

A continuación, os dejamos con algunas preguntas concretas para ayudar a reflexionar al adolescente sobre la pornografía:

  1. ¿Cómo definirías con tus palabras la pornografía?, ¿es información?, ¿es entretenimiento?, ¿es algo tóxico?…
  2. ¿Qué papel juega la pornografía en tu entorno?, ¿es un tema de conversación habitual entre tus conocidos y amigos?…
  3. ¿ Qué emociones despierta en ti la pornografía?
  4. Ver pornografía ¿te acerca o te aleja de las personas que son importantes para ti?
  5. La pornografía ¿te hace ser cada vez más tú?, ¿potencia o limita tus cualidades personales?…
  6. Si lo vieras como un problema ¿quién sería la primera persona con la que hablarías de pornografía?
  7. ¿Qué puedes hacer si alguien te anima a ver pornografía?
  8. ¿Cómo deberías actuar si te encuentras con pornografía en internet?

Herramienta práctica: contrato familiar de uso de tecnología.

Por otra parte, y paralelamente al abordaje verbal del tema, puedes hacer uso de una herramienta práctica que puede ser de inestimable apoyo para el seguimiento de las conductas asociadas con el visionado de pornografía. Se trata de un contrato sobre cómo va a manejar la tecnología en casa, una vez que le damos acceso a determinados dispositivos.

  1. Poned vuestros nombres.
  2. Haced referencia a los dispositivos que se pueden utilizar y a los que no.
  3. Estableced el horario en el que el adolescente puede usar dichos dispositivos.
  4. Decidid siempre un tiempo limitado al día.
  5. Marcad objetivos en otras áreas (escolares, amistades, deportes, …) para que al conseguir determinados hitos se le pueda reforzar con un poco más de libertad en la tecnología.
  6. Dejad claro lo que ocurrirá si se incumplen estos supuestos o cláusulas.
  7. Será interesante firmarlo y revisarlo juntos cada dos o tres semanas.

Para finalizar, quiero profundizar en algo más que en las estrategias que he mencionado a lo largo de este artículo. En realidad quiero interpelarte a ti, adulto que estás confrontando con un adolescente de tu entorno sobre el consumo de pornografía.

Ahora te toca ser honesto contigo mismo, contigo misma : ¿Cuál es tu práctica en relación a este tema?, ¿puedes realmente hablar con autoridad sobre el asunto?, ¿cuál es tu modelo de relación afectivo- sexual?, ¿te consideras con sinceridad un referente al que imitar por parte de ese joven de tu entorno que te preocupa?, ¿estás predicando con tu ejemplo?, ¿te justificas con que te limitas al uso de un “entretenimiento para adultos”, mientras cuestionas a tu hijo/a?

En educación, la coherencia es vital. ¡No lo olvides!

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