Las adicciones: Tipos y etapas.

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En un artículo anterior, hablamos del vínculo que se puede establecer entre los traumas no resueltos de la infancia y la generación de conductas adictivas. Hoy hablaremos más en profundidad de las adicciones, de sus tipos y de la forma de salir de ellas.

¿Qué son las adicciones?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define adicción como:
“Enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad progresiva y fatal, caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento y negación ante la enfermedad”


La APA (American Psychological Association) la define como:
“Una enfermedad en la cual el cuerpo debe tener una droga para evitar los síntomas de abstinencia a nivel físico y psicológico. El primer estadio de las adicciones consiste en la dependencia durante la cual la búsqueda de la droga domina la vida del individuo. Un adicto puede crear tolerancia a la droga, la cual fuerza al adicto a consumir dosis mayores cada vez para conseguir los mismos efectos que al principio”

Tipos de adicciones

Hablaremos de los tipos de adicción más frecuentes y, para ello, haremos una clasificación muy sencilla:

  • Adicciones con sustancia: alcohol, tabaco, heroína, cocaína…
  • Adicciones sin sustancia o comportamentales: nuevas tecnologías, juego patológico, sexo compulsivo, trabajo compulsivo, compras compulsivas, …

Pero ¿sabemos qué personas pueden tener más vulnerabilidad a la adicción?

La impulsividad, como rasgo de personalidad, está íntimamente relacionada con una probabilidad alta de padecer una adicción a una sustancia o a varias. La impulsividad va asociada a una urgencia motivada por un estado de tensión que conduce a una acción que genera una gratificación inmediata y esa acción conduce a la relajación, liberando a la persona- al menos transitoriamente- del estado de estrés y, como ya hemos comentado anteriormente, de las heridas del pasado sin resolver.

Adicciones emergentes vinculadas a las TIC

Algunas de las adicciones a las que, por su relativa “juventud” todavía no acabamos de identificar como tales, son aquellas relacionadas con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), por el papel tan relevante que están adquiriendo en la sociedad globalizada en la que vivimos.

Hoy día, son una herramienta fundamental en nuestras vidas para el trabajo, para las relaciones sociales, para actividades lúdicas. … Requieren pocos recursos, más allá de un dispositivo (móvil, tableta, ordenador…) y una conexión a Internet. Sin duda, resultan una excelente herramienta, puesto que son capaces de ofrecer grandes servicios en muchos ámbitos y contextos y a un precio muy bajo.

Sin embargo, resulta cada vez más obvio que existen también cantidad de desventajas y posibles malos usos que pueden derivar de ellas. Su mal uso y sobreuso pueden evolucionar hacia conductas adictivas y de dependencia de estas, algo que observamos en todos los sectores de la población, desde niños a adultos.

Analogías reveladoras: Explorando las etapas de la adicción

Veremos a continuación la descripción acerca de la adicción que hacen dos autores expertos en el tema, Arnold Washton y Donna Boundy.

Estos autores comparan el proceso de la adicción con una relación de pareja- en realidad una relación desdichada – y establecen las siguientes etapas:

  1. Enamoramiento. Las primeras experiencias con una droga u otra actividad adictiva nos dejan una marca grabada, si estas nos produjeron un efecto agradable.
  2. La luna de miel. Cuando nos vemos sometidos a tensiones, recordamos esa experiencia y la volvemos a buscar, tratando de encontrar consuelo y alivio. Repetimos los efectos relajantes y placenteros y pensamos que serán duraderos.
  3. Traición. Llega un momento en que esa droga o actividad que en algún momento nos ha prestado tan buen servicio, ya no nos “eleva”, no nos hace sentir el mismo placer.
  4. En la ruina. Cuando constatamos los efectos negativos de la droga, tratamos de recuperar la luna de miel, incrementando nuestro compromiso con ella.
  5. Apresados. En este momento, cuando nos debatimos por romper la adicción solo con nuestra fuerza de voluntad, más caemos en sus garras.

Las personas adictas, en todos los casos, han sufrido pérdidas que no han llorado. Para dejar la adicción no vale solamente con intentar controlarla, es necesario dejar que los sentimientos de dolor afloren, pues solo experimentando el dolor en toda su profundidad podemos curarnos de él y dejarlo atrás.

Las adicciones se pueden sanar, pero es necesario un acompañamiento profesional para posibilitar la identificación de las heridas no sanadas.

Si quieres realmente mejorar la calidad de tu vida y la de tus relaciones, si te sientes presa de una adicción -aunque te cueste reconocerlo- y consideras que lo puedes resolver de manera autónoma, apelando solo a tu voluntad, te recomendamos que consultes con un profesional especializado en el tema. ¡La solución es posible si te dejas acompañar por un especialista!

Referencias bibliográficas:
. Washton, A y Boundy, D. “Querer no es poder. Cómo comprender y superar las adicciones” (2021). Paidós. Barcelona

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