San Valentín: Más allá de la celebración

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Hoy se celebra el día de San Valentín, una festividad que puede suscitar una amplia gama de emociones y experiencias en función de la situación que estemos viviendo en este momento.

El 14 de febrero se ha convertido en un día de celebración “obligatoria“ del amor romántico. Las personas que se encuentran felizmente emparejadas, pueden encontrar en esta efeméride un estímulo interesante para propiciar una cena romántica, una escapada, recibir un regalo comprado con ilusión y esmero por el ser amado y tener la oportunidad de corresponderlo de la misma manera

Sin embargo, como comentábamos hace unas semanas, en los días previos a la Navidad, estas celebraciones condicionadas por los mensajes publicitarios y por la tradición, son un arma de doble filo si no nos encontramos en una situación de pareja satisfactoria, si hemos roto una relación hace poco y estamos viviendo un proceso de duelo o por cualquier otra circunstancia que no responda a los estándares de felicidad que se nos muestran como modelo en esta y otras fechas señaladas.

Para algunas personas, el Día de San Valentín es posible que provoque una evaluación de su valía personal en función de su estado civil o de la calidad de su relación. Aquellos que están solteros pueden sentirse inferiores o solos en comparación con aquellos que están en relaciones románticas. Del mismo modo, los que no disfrutan de vínculos románticos satisfactorios se podrían comparar con los que sí los tienen, afectando en muchos casos a su autoestima y generando estrés o ansiedad

Es importante tomar conciencia de cómo la comercialización del Día de San Valentín puede influir en nuestras percepciones y experiencias. Las representaciones idealizadas del amor romántico en los medios de comunicación y la publicidad propician una distorsión de nuestras expectativas y generar una sensación de insatisfacción con nuestras propias vidas amorosas

Esta fecha puede ser una oportunidad para fortalecer los vínculos emocionales en las relaciones existentes. Para algunas parejas suponen una experiencia positiva ayudará a consolidar su conexión emocional y su sentido de intimidad. Sin embargo, para otras puede resaltar tensiones o deficiencias en la relación, y favorecer conflictos o desilusión.

Veremos a continuación formas de disfrutar este día, tanto si tienes una relación íntima, como si no la tienes, pero el mensaje que deseamos transmitir es que sobre todo te liberes, nos liberemos, de condicionamientos sociales que pretenden encorsetarnos en modelos determinados, no elegidos libremente. El Día de los Enamorados puede ser cualquier día, como el Día del Padre, de la Madre,… Siempre es buen momento para celebrar el amor en cualquiera de sus variantes.

¿Cómo vivir un día satisfactorio si tienes pareja?

Si es tu caso, no desaproveches la ocasión para propiciar pequeños gestos que potencien el vínculo, pero aprovéchala también el resto de los días del año. El amor hay que cuidarlo siempre si deseamos que florezca.

Es evidente que no hace falta invertir en regalos caros, ni en experiencias sofisticadas: una cena romántica en casa, ir al cine juntos, un pequeño detalle elaborado manualmente o comprado con cariño, un regalo que muestre que conoces los gustos de él o de ella y a cuya compra o elaboración has dedicado un rato de tu tiempo, son tan valiosos como el más caro de los presentes.

Si te puedes permitir, y te apetecen, otro tipo de experiencias, hazlo, pero siempre desde la toma de conciencia de que es algo que realmente deseas, no porque te sientas obligado.

¿Cómo vivir una experiencia gratificante si en este momento te encuentras solo o simplemente no entra en tus planes tener pareja?

Para los que están solteros o no tienen una relación romántica en sus vidas, por la razón que sea (también puede tratarse de una decisión personal tomada libremente), el Día de San Valentín se puede convertir en una oportunidad para practicar el cuidado personal. En lugar de centrarte en lo que te falta, puedes usar el día como una oportunidad para mimarte, conectarte con amigos y familiares, o simplemente disfrutar de actividades que te brinden alegría y satisfacción.

Celebra el amor en todas sus formas: San Valentín no solo se trata del amor romántico. Celebra el amor que sientes por tus amigos, familiares y mascotas. Organiza una cena o una salida con amigos cercanos o familiares para compartir buenos momentos juntos.

Haz algo que disfrutes. Dedica tiempo a ello en San Valentín. Puede ser cocinar tu comida favorita, practicar un deporte, pintar, escribir, o cualquier otra cosa que te haga feliz. Tu “niño interior” te lo agradecerá. Explora alguna nueva actividad o realiza alguna acción para complacer a una persona de tu entorno que pueda estar necesitada de atenciones.

Si vas a pasar el día solo o sola, disfruta de la soledad. La soledad nos proporciona un espacio muy valioso para la introspección y el autoconocimiento, para el descanso y la meditación.

En definitiva: ¡disfruta y agradece,…. agradece siempre lo que SÍ tienes y valora este día como todo el resto de los días de tu existencia.

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